martes, 20 de mayo de 2008

La Cuestión Homérica

La nueva interpretación evolucionó por varios caminos pero acaso pueda seugirse mejor en la historia de la "cuestión homérica". La "cuestión homérica" como tal se originó en la crítica superior de Homero en el siglo XIX, que había madurado junto con la crítica superior de la Biblia, pero cuyas raíces se remontabn hasta la antigüedad clásica. Más que cualquier otro investigador anterior, el clasicista estadounidense Milman Parry (1902-1935) logró socavar la patriotería cultural a fin de penetrar en la poesía homérica "primitiva" en las condiciones propias de la misma, aunque éstas se oponían a la opinión aceptada de lo que debían ser la poesía y los poetas.
El siglo XIX presenció el desarrollo de las teorías homéricas de los llamados Analistas, iniciadas por F. A. Wolf. Los analistas interpretaban los textos de la Ilíada y la Odisea como combinaciones de poemas o fragmentos anteriores. Sin embargo, supusieron que los trozos que se reunían eran simplemente textos. Les siguieron a los analistas, los Unitarios, que sostenían que la Ilíada y la Odisea estaban tan bien estructuradas, tan congruentes en la representación de personajes y, en generla, eran manifestaciones artísticas tan elevadas, que no debían ser sino la creación de un solo hombre.
El descubrimiento de Milman Parry
Se descubren las fórmulas y epítetos repetidos en los poemas homéricos. En todo caso, el Homero de la Ilíada y la Odisea era considerado un poeta consumado, excelso. Sin embargo, empezaba a decirse que mentalmente había recurrido a algún género de libro de frases. Homero unió partes prefabricadas. En lugar de un creador, se tenía a un obrero de línea de montaje. Esta idea resultó particularmente amenazadora para los letrasdos de grandes vuelos, pues los letrados son aleccionados para, en principio, no utilizar nunca lugares comunes.
Pero los griegos de la edad de Homero valoraban los lugares comunes porque no sólo los poetas sino todo el mundo intelectual oral o el mundo del pensamiento dependía de la constitución formularia del pensamiento. En una cultura oral, el conocimiento, una vez adquirido, tenía que repetirse cosntantemente o se perdía. Luego con la llegada de la escritura, la nueva manera de almacenar conocimiento fue el texto escrito y ya no las fórmulas mnemotécnicas. Ello liberó a la mente para el pensamiento más abstracto y original.
Algunas psicodinámicas de la oralidad La palabra articulada como poder y acción
Las personas enteramente letradas sólo con gran dificultad pueden imaginarse cómo es una cultura oral primaria, o sea una cultura sin conocimiento alguno de la escritura o aun de la posibilidad de llegar a ella. Tratemos de concebir una cultura en la cual nadie hay anunca tratado de indagar algo en letra impresa. Sin la escritura, las palabras como tales no tienen una presencia visual, aunque los objetos que representan sean visuales. Las palabras son sonidos. Tal vez se las "llame" a la memoria, se las "evoque". Pero no hay dónde buscar para "verlas". Las palabras son acontecimientos, hechos.
No es sorprendente que el término hebreo dabar signifique "palabra" y "suceso". Tampoco resulta asombroso que los pueblos orales por lo común, y acaso generalmente, consideren que las palabras poseen un gran poder. El sonido no puede manifestarse sin intercesión del poder.
El hecho de que los pueblos orales comúnmente, y con toda probabilidad en todo el mundo, consideren que las palabras entrañan un potencial mágico está claramente vinculado, al menos de manera inconsciente, con su sentido de la palabra como, por necesidad, hablada, fonada y, por lo tanto, accionada por un poder.
Uno sabe lo que puede recordar: mnemotécnica y fórmulas
En una cultura oral, la restricción de las palabras al sonido determina no sólo los modos de expresión sino también los procesos de pensamiento.
Uno sabe lo que puede recordar. Los conocimientos organizados que estudian los letrados hoy en día para "saberlos", es decir, para recordarlos, se han reunido y puesto a su disposición por escrito con muy pocas excepciones, si las hay. Una cultura oral no disponde de textos. Debe organizar su material de otra manera para poder recordarlo.
¿Cómo se hace posible traer a la memoria aquello que se ha preparado cuidadosamente? Pensando cosas memorables. En una cultura oral primaria, para resolver eficazmente el problema d eretener y recobrar el pensamiento cuidadosamente articulado, el proceso habrá de seguir las pautas mnemotécnicas, formuladas para la pronta repetición oral. El pensamiento debe originarse según pautas equilibradas e intensamente rítmicas, con repeticioens o antítesis, alteraciones ya asonancias, expresiones calificativas y de tipo formulario, marcos temáticos comunes, proverbios que todo el mundo escuche constantemente, de manera que vengan a la mente con facilidad, y que ellos mismos sean modelados para la retención y la pronta repetición, o con otra forma mnemotécnica. El pensamiento serio está entrelazado con sistemas de memoria.
Otras características del pensamiento y la expresión de condición oral
En una cultura oral primaria, el pensamiento y la expresión tienden a ser de las siguientes clases.
Acumulativas antes que subordinadas: Lo aditivo es propio de lo oral en tanto la subordinación lo es de lo escrito.
Acumulativas antes que analíticas: Los elementos del pensamiento y de la expresión de condición oral no tienden tanto a ser entidades simples sino grupos de entidades, tales como términos, locuciones u oraciones paralelos; términos, locuciones u oraicones antitéticos; o epítetos.
Redundantes o "copiosos": La escritura establece en el texto una "línea" de continuidad fuera de la mente. Si una distracción confunde o o borra de la mente el contexto del cual surge el material que estoy leyendo, es posible volver atrás y repasar el texto. En el discurso oral no. La mente debe avanzar con mayor lentitud por eso la redundancia, la repetición de lo apenas dicho, mantiene eficazmente tanto al hablante como al oyente en la misma sintonía.
Conservadoras y tradicionalistas: Dado que en una cultura oral primaria el conocimiento conceptuado que no se repite en voz alta desaparece pronto, las ociedades orales deben dedicar gran energía a repetir una y otra vez lo que se ha aprendido arduamente a través de los siglos. Esta necesidad establece una configuración altamente tradicionalista o conservadora. El conocimiento es precioso y difícil de obtener, y la sociedad respeta mucho a aquellos ancianos y ancianas sabios qe se especializan en conservarlo. Al almacenar el saber fuera de la emnte, la escritura y aún más la impresión degradan las figuras de sabiduría de los ancianos, repetidores del pasado, en provecho de los descubridores más jóvenes de algo nuevo.
Cerca del mundo humano vital: En ausencia de categorías analíticas complejas que dependan de la escritura para estructurar el saber a cierta distancia de la experiencia vivida, las culturas orales deben conceptualizar y expresar en forma verbal todos sus conocimientos, con referencia más o menos estrecha con el mundo vital humano, asimilando el mundo objetivo ajeno a la acción recíproca, conocida y más inmediata, de los seres humanos. La cultura oral primaria se preocupa poco por conservar el conocimiento de las artes como un cuerpo autosuficiente y abstracto.
De matices agonísticos: Muchas, tal vez todas las culturas orales o que conservan regustos orales dan a los instruidos una impresión extraordinariamente agonística en su expresión verbal y de hecho en su estilo de vida (insultos, descripción de violencia física)
Empáticas y participantes antes que objetivamente apartadas: Para una cultura oral, aprender o saber significa lograr un identificación comunitaria, empática y estrecha con lo sabido, identificarse con él. La escritura separa al que sabe de lo sabido y así establece las condiciones para la "objetividad" en el sentido de una disociación o alejamiento personales.
Homeostáticas: A diferencia de las sociedades con grafía, las orales pueden caracterizarse como homeostáticas. Es decir, las sociedades orales viven intensamente en un presente que guarda el equilibrio u homeóstasis desprendiéndose de los recuerdos que ya no tienen pertinencia actual. Goody y Watt relatan un caso impresionante de "amnesia estructural" entre los gonja en Ghana. Los registros escritos hechos por los ingleses a principios del siglo XX muestran que la tradiciónoral gonja presentaba ntonces a Ndewura Jakpa, fundador del estado de Gonja, como padre de siete hijos, cada uno de los cuales era soberano de una de las siete divisiones territoriales del estado. Para cuando los mitos del estado fueron reunidos otra vez, sesenta años más tarde, dos de las siete divisiones habían desaparecido, una por asimilación a otra y la segunda en virtud de cambio de frontera. En estos mitos posteriores, Ndewura Jakpa tenía cinco hijos, y no se hacía mención de las dos divisiones suprimidas. Los gonja aún estaban en contacto con su pasado, eran tenaces en cuanto a esta relación en sus mitos, pero la parte del pasado con ninguna pertinencia manifiestamente perceptible con el presente había simplemente desaparecido.
Situacionales antes que abstractas: Todo pensamiento conceptual es hasta cierto punto abstracto. Un término tan "concreto" como "árbol" no se refiere simplemente a un árbol "concreto" único, sino que es una abstracción, tomada, arrancada de la realidad individual y perceptible; alude a un concepto que no es ni éste ni aquel árbol, sino que puede aplicarse a cualquier árbol. Las culturas orales tienden a utilizar los conceptos en marcos de referencia situacionales y operacionales abstractos en el sentido de que se mantienen cerca del mundo humano vital. Por ejemplo, en los estudios hechos por Luria, los individuos analfabetos (orales) identificaban las figuras geométricas asignándoles los nombres de objetos, y nunca de manera abstracta como círculos, cuadrados, etcétera. Al círculo podía llamársele plato, reloj, luna.

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